Reflexión:
"Sinceridad, Generosidad y el Temor de Dios"
Introducción
En el vasto y profundo océano de las Escrituras, existen pasajes que brillan con una intensidad peculiar, arrojando luz sobre aspectos cruciales de la fe y la vida en Cristo. Hoy, te invitamos a explorar dos de estos pasajes que, aunque aparentemente sencillos, encierran lecciones profundas y perdurables. Nos adentraremos en Hechos 4:36-37 y Hechos 5:1-11, donde encontraremos contrastes impactantes de sinceridad y engaño, generosidad y avaricia, vida y muerte. Estos pasajes no solo nos cuentan historias de la Iglesia primitiva, sino que arrojan un destello revelador sobre la verdadera naturaleza de la fe, la relación con Dios y el temor que deberíamos tener ante Su santidad. En esta reflexión, descubriremos por qué Bernabé fue llamado "Hijo de Consolación" y por qué Ananías y Safira enfrentaron una severa y temerosa consecuencia. Acompáñanos mientras exploramos estas lecciones bíblicas que siguen resonando en el corazón de todos los creyentes.
Estos pasajes nos ofrecen una lección importante sobre la sinceridad, la generosidad y la gravedad de mentir ante Dios. Comencemos con una descripción de los pasajes en cuestión:
Hechos 4:36-37:
36Entonces José, que fue llamado de los apóstoles por sobrenombre, Bernabé, (que es interpretado, Hijo de consolación) Levita, natural de Cipro,
37Como tuviese una heredad, la vendió, y trajo el precio, y púsolo a los pies de los apóstoles.
Hechos 5:1-11:
1MAS un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión,
2Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, púsola a los pies de los apóstoles.
3Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón a que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad?
4Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
5Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y espiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
6Y levantándose los mancebos, le tomaron, y sacándolo, sepultáronlo.
7Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
8Entonces Pedro le dijo: Dime: ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
9Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán.
10Y luego cayó a los pies de él, y espiró: y entrados los mancebos, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
11Y vino un gran temor en toda la iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas.
Estos pasajes relatan dos episodios consecutivos en el libro de los Hechos de los Apóstoles que revelan la importancia de la sinceridad y la gravedad de engañar a Dios. Comencemos nuestra reflexión.
Bernabé, el Hijo de Consolación
En Hechos 4:36-37, conocemos a José, a quien los apóstoles llamaron Bernabé, un levita nacido en la isla de Chipre. La Biblia nos describe a Bernabé como un hombre generoso que vendió un campo y llevó el dinero para ponerlo a los pies de los apóstoles. Bernabé es conocido como el "Hijo de Consolación," un apodo que refleja su carácter amable y consolador.
Esta historia de Bernabé nos enseña que la generosidad es una virtud importante en la vida de un creyente. La generosidad no se limita a dar, sino a dar de corazón y con sinceridad. Bernabé no solo vendió su campo, sino que también entregó todo el dinero obtenido, sin retener nada para sí mismo. Esta actitud de dar libremente sin esperar nada a cambio es un reflejo del amor cristiano que nos insta a amar y servir a los demás.
Ananías y Safira, los Mentirosos
El contraste con la historia de Bernabé es la historia de Ananías y Safira en Hechos 5:1-11. Este pasaje es uno de los relatos más sombríos y conmovedores de la Biblia, que ilustra la gravedad de engañar a Dios.
Ananías y Safira vendieron una propiedad, pero decidieron retener una parte del dinero y presentar solo una parte ante los apóstoles, haciendo creer que estaban dando todo. La razón detrás de su acción parece ser el deseo de recibir la alabanza y el reconocimiento de la comunidad cristiana sin hacer el sacrificio completo.
Cuando Pedro confronta a Ananías sobre su mentira, le pregunta: "Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?" Estas palabras son impactantes y señalan la gravedad de su acción. Pedro no acusa a Ananías de mentir solo a los hombres, sino de mentir al Espíritu Santo, es decir, a Dios mismo.
La reacción de Dios a esta mentira es inmediata y severa. Ananías cae y muere ante los apóstoles, lo que provoca un gran temor en la comunidad. Tres horas después, Safira llega sin saber lo que ha sucedido con su esposo y recibe una pregunta similar de Pedro, a lo que ella también miente. Al igual que Ananías, Safira también cae muerta. La gravedad de su pecado y su castigo ejemplifican la santidad de Dios y Su aborrecimiento hacia la mentira y la hipocresía.
Estos dos pasajes nos brindan lecciones importantes sobre la sinceridad y la integridad en nuestra relación con Dios y los demás.
Lección 1: La Generosidad Sincera de Bernabé
El ejemplo de Bernabé nos enseña sobre la generosidad sincera y desinteresada. Bernabé vendió su campo y entregó el dinero completo a los apóstoles. No tenía intención de recibir elogios ni recompensas terrenales por su acción. Su generosidad fue un reflejo de su amor por Dios y su deseo de apoyar la obra del Reino.
En las Escrituras, encontramos enseñanzas claras sobre la importancia de la generosidad:
2 Corintios 9:7-9:
7Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre.
8Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra:
9Como está escrito: Derramó, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre.
Estos versículos enfatizan la actitud del corazón detrás de la generosidad. No se trata de dar por obligación, sino de dar alegremente y de manera voluntaria. Bernabé personificó esta actitud al dar generosamente y sin reservas.
Lección 2: La Gravedad de Engañar a Dios
Por otro lado, la historia de Ananías y Safira nos advierte sobre la gravedad de engañar a Dios. Engañar a Dios no significa que podamos ocultar la verdad de Él, ya que Dios conoce nuestros corazones y pensamientos más profundos. Engañar a Dios implica deshonrar Su Santidad y faltarle al respeto.
La Escritura nos advierte contra la mentira y la hipocresía:
Proverbios 12:22:
22Los labios mentirosos son abominación a Jehová: mas los obradores de verdad su contentamiento.
Colosenses 3:9-11:
9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
10Y revestídoos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo crió;
11Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos.
La historia de Ananías y Safira ilustra el principio bíblico de que Dios aborrece la mentira y el engaño. La gravedad de su castigo nos recuerda que Dios es un Dios Santo que no toma a la ligera la violación de Sus Mandamientos.
Lección 3: La Importancia de la Sinceridad en la Fe
Ambos pasajes también enfatizan la importancia de la sinceridad en la fe. Bernabé fue sincero en su generosidad, mientras que Ananías y Safira fueron hipócritas en su acción. La sinceridad en la fe es esencial porque refleja una relación genuina con Dios y con los demás.
1 Pedro 1:22:
22Habiendo purificado vuestra almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro:
23Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.
La sinceridad en la fe implica vivir de acuerdo con la verdad y amar a los demás con un amor sincero y desinteresado. Cuando somos sinceros en nuestra relación con Dios, estamos dispuestos a obedecer Sus Mandamientos y vivir de acuerdo con Su Voluntad.
Lección 4: El Temor de Dios y el Arrepentimiento
El temor de Dios es un tema recurrente en estos pasajes. Cuando Ananías cayó muerto, se produjo un gran temor en la comunidad. Del mismo modo, cuando Safira murió, se generó un temor aún mayor. El temor de Dios es el reconocimiento de Su Santidad y Su Poder.
Proverbios 9:10:
10El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; y la ciencia de los santos es inteligencia.
El temor de Dios nos lleva a un entendimiento más profundo de Su Carácter y nos impulsa al arrepentimiento. El arrepentimiento es esencial para restaurar nuestra relación con Dios cuando hemos fallado.
Hechos 3:19-21:
19Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,
20Y enviará a Jesucristo, que os fue antes anunciado:
21Al cual de cierto es menester que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo.
La historia de Ananías y Safira muestra que el temor de Dios puede llevar a la confesión y al arrepentimiento. En medio de la gravedad de su pecado, su muerte sirvió como un llamado a la sinceridad y al arrepentimiento en la comunidad.
Conclusión
En nuestro viaje a través de los pasajes de Hechos 4:36-37 y Hechos 5:1-11, hemos explorado las lecciones cruciales de sinceridad, generosidad y el temor de Dios. La historia de Bernabé, el "Hijo de Consolación," nos inspira a ser generosos de corazón, a dar libremente sin esperar recompensas terrenales, y a mostrar un amor sincero hacia nuestros hermanos y hermanas en la fe. Su ejemplo nos recuerda que la generosidad genuina refleja el carácter de Cristo y edifica el Reino de Dios.
Por otro lado, la trágica historia de Ananías y Safira nos advierte sobre la gravedad de engañar a Dios. La mentira y la hipocresía son un desafío directo a la Santidad de Dios, y esta historia nos recuerda que Él conoce nuestros corazones y pensamientos más profundos. El temor de Dios, como resultado, debe llevarnos al arrepentimiento y a una vida de sinceridad en la fe.
La verdad innegable es que nuestras acciones, motivaciones y actitudes tienen un impacto profundo en nuestra relación con Dios y con los demás. La sinceridad, la generosidad y el temor de Dios son elementos fundamentales de una fe viva y saludable. En un mundo donde la hipocresía y la avaricia a menudo prevalecen, estos pasajes de los Hechos nos instan a vivir de manera diferente, a reflejar el amor y la verdad de Cristo en todo lo que hacemos.
Recordemos siempre que Dios no solo busca nuestra obediencia externa, sino también un corazón sincero y una relación íntima con nosotros. Que estas lecciones sigan resonando en nuestras vidas, transformando nuestra fe en una fe genuina y viva. Que busquemos la generosidad desinteresada, que evitemos la hipocresía y el engaño, y que temamos a Dios en reverencia por Su Santidad. En esto, encontramos la esencia de una fe auténtica y un camino que nos conduce más cerca de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Preparado por: Evg. Francisco Velázquez CruzAsunción, ParaguayOctubre 2023